La Arquidiócesis de Guayaquil recuerda este 13 de mayo el cincuentenario de su creación como Sede Arzobispal en medio de actos litúrgicos y académicos, donde también se recordará a los arzobispos que han presidido el apostolado de la Iglesia católica en la Ciudad.
La creación de la Arquidiócesis se efectuó mediante la bula (mandato) "Cum in Aequatoriana República" aceptada en Roma el 22 de enero de 1.956 y autorizada por el papa Pío XII, esta designación fue recibida por el clero y pueblo católico de Guayaquil con alegría luego de la incesante espera de esta dignidad, que hasta ese momento ostentaba solo la Iglesia de Quito.
El Nuncio Apostólico de la Santa Sede en Ecuador Monseñor Opilio Rossi ejecutó el contenido de la Bula y ponderó como primer Arzobispo a Monseñor César Antonio Mosquera Corral, el 13 de mayo del mismo año, de esta manera la Catedral asumió el nivel de metropolitana.
En este acto estuvieron presentes Monseñor Carlos María de la Torre Nieto, Arzobispo de Quito, el presidente de la República de la época, José María Velasco Ibarra, entre otras autoridades. Mediante esta Bula, la Iglesia Episcopal fue elevada al grado de Sede Arzobispal, haciéndose acreedora de todos los derechos canónicos correspondientes.
La ciudad se convirtió a partir de esa fecha en sede de una provincia eclesiástica que abarcó toda la Costa ecuatoriana.
La historia del Arzobispado en Guayaquil
Cada arzobispo ocupa su designación hasta los 75 años, cuando debe presentar su renuncia obligatoria. La historia indica que 8 sacerdotes ocuparon el cargo de Obispos, antes que la Iglesia de Guayaquil se convirtiera en Arquidiócesis, entre ellos el primero fue Monseñor Francisco Xavier de Garaicoa, quien también se desenvolvió como párroco de la Iglesia Matriz, le siguen Monseñor José Tomás de Aguirre, José Antonio Lizarzáburu, Roberto María del Pozo, Juan María Riera, Andrés Machado, Carlos María de la Torre, y José Félix Heredia.
Posteriormente y con la designación de la Arquidiócesis, el noveno Obispo, Monseñor César Antonio Mosquera Corral (1.956), reconocido por su labor pastoral y social fue ascendido al cargo de primer Arzobispo de Guayaquil, gestionó entre otras obras la creación de la Universidad Católica de Guayaquil. Ante su pérdida, el 26 de abril de 1.971, su cuerpo fue depositado en un mausoleo en las inmediaciones de la Catedral, como parte del ritual establecido para todos los Arzobispos a su fallecimiento.
Monseñor Bernardino Echeverría Ruiz (1.969), miembro de la Orden de Frailes Menores, OFM, fue el segundo Arzobispo de la Ciudad recordado por su carisma y la fraterna amistad que brindaba a sus allegados. Su muerte en el año 2.000, significó la pérdida de uno de los clérigos más apreciados por la curia y el pueblo católico.
Los restos de Monseñor Echeverría fueron trasladados a la Iglesia de San Francisco en Quito, por pedido de los frailes franciscanos.
Continúa, monseñor Juan Larrea Holguín (1.989), quien dedicó su Arzobispado a la atención espiritual de los enfermos y además incursionó en actividades intelectuales, ejerciendo la cátedra de Derecho Civil en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Católica. Al cumplirse su tiempo de transición asume el cargo de Arzobispo de Guayaquil, Monseñor Antonio Arregui Yarza (2003), quien hasta la actualidad ejerce este cargo y presidirá todos los actos litúrgicos que se han preparado para celebrar el cincuentenario de la Arquidiócesis.
Cambios significativos en la Arquidiócesis
En estos últimos 50 años los cambios que ha sufrido la Arquidiócesis son incalculables, se considera que algunos de ellos se reflejan en el crecimiento poblacional de la provincia que ocasionó la expansión de la Iglesia para poder llegar a todos los sectores que fueron surgiendo con el paso de las décadas.
En la actualidad la Arquidióce-sis de Guayaquil tiene 3´309.048 habitantes, con 338 sacerdotes, (diocesanos y religiosos) 221 pa-rroquias, 523 religiosas, 78 seminaristas que se están preparando para el sacerdocio, 300 centros de educación y 111 centros de salud.
Obras de monseñor Antonio Arregui
Monseñor Antonio Arregui, afirmó que cuenta con la alegría de haber entregado 23 parroquias nuevas a la comunidad cristiana "en mi tiempo hemos avanzado, entre otras cosas, con las parroquias, establecidas en San Pablo, en la Península; también en Cerecita, etc., demostrando un avance significativo para la Iglesia en estos sectores", aseguró Monseñor Antonio Arregui.
Para conmemorar este día ratificará su compromiso de servir a Dios como pastor de su pueblo, expresado durante su homilía de posesión de Arzobispo de Guayaquil en el 2.003, "mi deber es comprometerme y comprometer profundamente a quienes me escuchan de impulsar la misión de la Iglesia", finalizó Arregui.
Actividades por cincuentenario
Desde hoy se preparan diversas actividades por conmemorarse la creación de la Arquidiócesis de Guayaquil, se oficiará a las 12h00 una Misa de acción de gracias en la Catedral Metropolitana y a las 18h00 un acto académico en el cual participarán, entre otros, el Padre Federico Gagliardo, también se desarrollará una conferencia en la que intervendrán Melvin Hoyos con el tema "La Iglesia de Guayaquil en sus 50 años de Arquidiócesis", Sonia González Rubio con "La mujer Guayaquileña y la Iglesia" y el Padre Hugo Vásquez con "La Santidad guayaquileña". Este evento se efectuará en el Auditorio Municipal, ubicado en Sucre y Chile.
Cambio de la Iglesia Matriz a la Catedral de GuayaquilLidia de Abad
Valenzuela
Hoy la Iglesia Católica de esta ciudad, celebra solemnemente el Cincuentenario de la creación de la Arquidiócesis de Guayaquil, a este acto de enorme trascendencia asistirán las autoridades y el pueblo católico. Haciendo un recorrido histórico sobre la antigua Iglesia Matriz, que fue la primera parroquia eclesiástica de Guayaquil. A raíz de la revolución emancipadora del 9 de octubre de 1820, habiéndose declarado la independencia, gracias al voto general del pueblo, resuelve como primer punto nombrar a su primer Jefe Político del cantón, quien una vez posesionado recibe el juramento de los independientes que juraron ser fieles a la patria y defenderla con todas las fuerzas a su alcance. La Iglesia Matriz, según algunos historiadores indican, que posiblemente el primer párroco fue el intelectual y virtuoso sacerdote, el presbítero doctor Pedro de Benavente, quien cumplidamente realizaba diariamente sus obligaciones sacerdotales. Los ciudadanos guayaquileños tuvieron que luchar contra sus enemigos, piratas e incendios. En 1.692 un horroroso incendio se propagó inmisericordemente en la ciudad, fue tal el furor del fuego que destruyó gran parte de la ciudad, dejando en ruinas a la Iglesia Matriz. En estas dolorosas y terribles circunstancias el Ayuntamiento de Guayaquil, consciente de su deber, dona un terreno donde se construye urgentemente una pequeña iglesia. Este era el año de 1.694. En 1.695, una vez acondicionada la Iglesia, es trasladado el Santísimo Sacramento, acto que fue apoteósico por su manifestación de adoración y amor a Jesús Eucaristía, por el Clero y el pueblo, cristiano piadoso, llevándolo a la nueva Iglesia Mayor, que ya orgullosamente la llaman "Catedral". La creación de la Diócesis de Guayaquil, tuvo un sinnúmero de oposiciones y contradicciones que las venía soportando desde la época de la colonia, tales momentos angustiosos los tuvo que resolver el ilustre y venerable Señor Nuncio Apostólico, Opilio Rossi, que ve la necesidad de que esta diócesis sea ampliada para dar cabida a muchos católicos. Con este motivo hace gestiones ante la Santa Sede solicitando que la Iglesia Episcopal de Guayaquil, sea elevada a la dignidad de Sede Arzobispal Metropolitana. Las gestiones realizadas tuvieron acogida, por lo pronto el Papa Gregorio XVI, en el consistorio del 10 de febrero de 1.838, preconizó como el Primer Obispo de Guayaquil, al sacerdote, al rector de la Iglesia Matriz de esta ciudad, doctor Fran-cisco Javier de Garaicoa. Después del nombramiento de esta primera designación de Obispo, le siguieron ocho más que prestaron invaluables servicios a esta Diócesis por Dios encomendada. Esta ciudad privilegiada, que había recibido el servicio valioso de nueve obispos se preparó para ser dignamente declarada Arquidiócesis de Guayaquil.
Primer Arzobispo de Guayaquil
Habiendo promovido al dignísimo y virtuoso Monseñor Antonio Mosquera Corral, hasta entonces Obispo de Guayaquil, a la alta dignidad de primer Arzobispo Metropolitano. El virtuoso y brillante Arzobispo, Monseñor Mosquera, realiza obras incontables en toda la provincia del Guayas, en la ciudad, campos y caseríos, visitados continuamente por el bondadoso Padre espiritual de esta querida grey. Es admirado y querido por esta gran familia guayaquileña, por su gigante carisma, comprensión, generosidad y entrega total a su noble servicio pastoral. Fue un extraordinario Primer Arzobispo de Guayaquil; fue el ángel protector de esta Arquidiócesis. Guayaquil nunca lo olvida. Después de la desaparición de Monseñor Mosquera, le precedieron tres valerosos soldados de Cristo, de incomparables virtudes, sabiduría, bondad, comprensión, amabilidad exquisita, Monseñor Bernardino Echeverría, Monseñor Juan Larrea Holguín, quienes prestaron sus valiosos servicios a su grey por Dios encomendada dejando un imborrable y grato recuerdo en el pueblo de Guayaquil que no los olvidará. El cuarto y actual Arzobispo de Guayaquil, es Monseñor Antonio Arregui Yarza, sacerdote de Cristo, listo a servirlo en los pobres, en los enfermos, en los ancianos, en los huérfanos, por quienes lucha tenazmente para alcanzarles todo lo que necesitan con su gran esfuerzo, sacrificios, incomprensiones que lastiman su noble corazón, que perdona con generosidad y nobleza, poniendo en prácticas las enseñanzas del Buen Pastor. El actual Monseñor, excelencia, Antonio Arregui, intelectual e investigador de las letras, es un incansable trabajador en cada una de las numerosas necesidades que tiene su grey; es comprensivo, humano, tolerante, intelectual y con mucho carisma para entender a sus ovejas, muchas de ellas descarriadas, por ello dedica más su tiempo en entenderlas y comprenderlas. Guayaquil agradece a Dios por su valiosa presencia. En este Cincuentenario de la creación de la Arquidiócesis de Guayaquil, es digno de recordar al Rvdo. Presbítero e historiador, Monseñor Luis Arias, abnegado sacerdote que ha dedicado gran parte de su vida al servicio de la Curia Arzobispal y, siendo él, quien con estudios profundos de investigación literaria eclesiástica, Monseñor Arias, decidido y valiente investigador, resuelto escribió la historia de la Diócesis de Guayaquil señalando detenidamente a los padres espirituales de esta provincia, demostrando para cada uno de ellos su amor fraterno hacia los sacerdotes seculares Arquidiocesanos que junto a él cumplen con la sacrificada tarea de la evangelización que tanto bien necesitan todos los ciudadanos de esta querida Arquidiócesis. Debemos recordar cariñosamente a Doña Marujita Barredo de Castillo, quien con sus hábiles manos confeccionaba generosamente los manteles que hermosamente lucían en el Altar Mayor de la Iglesia Matriz desde antes del año 1.956.
Esperamos que la nota sea de su ineres y prometemos darles notas sobre María Santísima, que el Señor los bendiga.
"A JESÚS POR MARÍA"
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