MARÍA MADRE DE LA MISERICORDIA
Hoy celebramos la Fiesta de Nuestra Señora de Ostra Brama, Patrona de Lituania, y tambien de nuestro prasidium, por este motivo les dejamos unos datos sobre esta advocación tomados del diario de Sor Faustina y unas oraciones en honor a esta advocación muy querida en vida por Juan Pablo II (la última oración la compuso el mismo).
Virgen María, Madre de Misericordia, del Santuario de Ostra Brama (Vilna, Lituania).
En este Santuario fue expuesta por primera vez al público la imagen de Jesús Misericordioso. Ocurrió durante el triduo por la clausura del Jubileo de la Redención del Mundo, entre los días 26 al 28 de abril de 1935. La ceremonia coincidió con el primer domingo después de Pascua que según Santa Faustina debía ser la Fiesta de la Divina Misericordia, tal y como pidió Jesús.
"+ Sucedió que, tal y como el Señor había pedido, el primer acto de veneración a esta imagen por parte del público tuvo lugar el primer domingo después de Pascua. Durante tres días la imagen estuvo expuesta en público, y recibió la veneración pública porque había sido colocada en Ostra Brama, en un ventanal, en lo alto, por eso se la veía desde muy lejos. Durante esos tres días en Ostra Brama fue celebrada con solemnidad la clausura del Jubileo de la Redención del Mundo, el 19 centenario de la Pasión del Salvador" (Diario, 89).
En Diario, 529 Santa Faustina también hace referencia a la imagen de la Santísima Virgen del Santuario de Ostra Brama, cuya fiesta es el 16 de noviembre. La Santísima Virgen María de Ostra Brama es patrona de la Archidiócesis de Bialystok.
LA CORONILLA A LA MADRE DE DIOS DE LA MISERICORDIA
"+ Sucedió que, tal y como el Señor había pedido, el primer acto de veneración a esta imagen por parte del público tuvo lugar el primer domingo después de Pascua. Durante tres días la imagen estuvo expuesta en público, y recibió la veneración pública porque había sido colocada en Ostra Brama, en un ventanal, en lo alto, por eso se la veía desde muy lejos. Durante esos tres días en Ostra Brama fue celebrada con solemnidad la clausura del Jubileo de la Redención del Mundo, el 19 centenario de la Pasión del Salvador" (Diario, 89).
En Diario, 529 Santa Faustina también hace referencia a la imagen de la Santísima Virgen del Santuario de Ostra Brama, cuya fiesta es el 16 de noviembre. La Santísima Virgen María de Ostra Brama es patrona de la Archidiócesis de Bialystok.
LA CORONILLA A LA MADRE DE DIOS DE LA MISERICORDIA
(compuesta por tres decenas)
Al comienzo:
Dios te salve Reina, Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, Oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Al comienzo de cada decena: (una vez como si fuera el Padre Nuestro).
María, Madre de la gracia y Madre de la Misericordia, protégenos de los enemigos y acógenos en la hora de la muerte.
En cada cuenta de la decena: (10 veces como si se tratase de las Ave Marías).
María, Madre de la Misericordia, alcánzanos la misericordia de tu Hijo.
Al final:
Madre misericordiosísima, nos abres tus brazos y tiendes las manos llenas de toda clase de gracias y dones. Tu corazón de madre desea colmarnos de todo lo que necesitamos. Animados por tu bondad, nos dirigimos a ti con confianza. Consíguenos, oh Madre, todo lo que necesitamos y, ante todo, haz con tu poderosa intercesión que guardemos la pureza y la inocencia, que cuidemos con fidelidad y perseverancia el amor de niños hacia ti y que llevemos en nuestros corazones la imagen del Corazón de tu Hijo. Que este Corazón nos proteja, guíe y lleve a la luz eterna. Amén.
ORACION A MARIA MADRE DE LA MISERICORDIA por el Papa Juan Pablo II
María, Madre de misericordia,
cuida de todos para que no se haga inútil
la cruz de Cristo,
para que el hombre
no pierda el camino del bien,
no pierda la conciencia del pecado
y crezca en la esperanza en Dios,
«rico en misericordia» (Ef 2, 4),
para que haga libremente las buenas obras
que él le asignó (cf. Ef 2, 10)
y, de esta manera, toda su vida
sea «un himno a su gloria» (Ef 1, 12).
Al comienzo:
Dios te salve Reina, Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, Oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Al comienzo de cada decena: (una vez como si fuera el Padre Nuestro).
María, Madre de la gracia y Madre de la Misericordia, protégenos de los enemigos y acógenos en la hora de la muerte.
En cada cuenta de la decena: (10 veces como si se tratase de las Ave Marías).
María, Madre de la Misericordia, alcánzanos la misericordia de tu Hijo.
Al final:
Madre misericordiosísima, nos abres tus brazos y tiendes las manos llenas de toda clase de gracias y dones. Tu corazón de madre desea colmarnos de todo lo que necesitamos. Animados por tu bondad, nos dirigimos a ti con confianza. Consíguenos, oh Madre, todo lo que necesitamos y, ante todo, haz con tu poderosa intercesión que guardemos la pureza y la inocencia, que cuidemos con fidelidad y perseverancia el amor de niños hacia ti y que llevemos en nuestros corazones la imagen del Corazón de tu Hijo. Que este Corazón nos proteja, guíe y lleve a la luz eterna. Amén.
ORACION A MARIA MADRE DE LA MISERICORDIA por el Papa Juan Pablo II
María, Madre de misericordia,
cuida de todos para que no se haga inútil
la cruz de Cristo,
para que el hombre
no pierda el camino del bien,
no pierda la conciencia del pecado
y crezca en la esperanza en Dios,
«rico en misericordia» (Ef 2, 4),
para que haga libremente las buenas obras
que él le asignó (cf. Ef 2, 10)
y, de esta manera, toda su vida
sea «un himno a su gloria» (Ef 1, 12).
*A JESÚS POR MARÍA*
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